Antes y después.
Nuestra hija nos trajo al taller esta mesa, que estaba en bastante mal estado.
Al parecer, al abrirla, para extenderla, debieron forzarla y partieron 2 tablas de sujeción, que tuvimos que encolar, colocando las espiguillas que faltaban.
Después del proceso de encolado de las mencionadas tablas, limpiamos bien todo el mueble, lijamos y pasamos a dar un barniz al agua en tono castaño y satinado.
Como se puede apreciar en las fotos empleamos, gatos o sargentas, para fijar bien las partes dañadas.
El resultado de la restauración, nos ha gustado.
Ha quedado una mesa fuerte y limpia.