Antes y después
Nos regalaron este tronco de árbol y como nos gustó su tamaño y formas, procedimos a utilizarlo.
El primer paso fue limpiarlo bien de tierra y hierbas.
Después de su limpieza procedimos a vaciarlo completamente dejando libre su interior de madera.
Nos pareció que podría ser un bonito soporte para una planta o arbusto.
En la parte baja le clavamos una chapa que conseguimos de un bote de pintura.
En su interior echamos una capa de arena de rió, piedrecítas y encima de estas, tierra de jardín.
Plantamos en nuestro tronco, un arbusto llamado durillo.
Elegimos el durillo porque es de hoja perenne y esta verde todo el año.
En primavera florece y nos obsequia con unas pequeñas flores blancas.
Está colocado en nuestro jardín, debajo de la escalera.